martes, 4 de octubre de 2011

CARTA DE UN ALUMNO A SU MAESTRO

Autora: Ángela Marulanda G.

Enséñame cómo aprender y no qué aprender; enséñame a pensar y no tan sólo qué debo pensar.

Así desarrollaré mi inteligencia y no simplemente mi memoria.

No me regañes delante de mis compañeros. Me haces sentir humillado y temeroso de ser rechazado por ellos. Aceptaré mejor tus correcciones, si me las haces calmadamente y en privado.

Señálame mis cualidades y reconoce mis habilidades. La confianza que así desarrollo en mis capacidades me anima a esforzarme y me hace sentir valioso y adecuado. 




Ten en cuenta mi esfuerzo y mi progreso, no sólo el resultado final. A veces con poco esfuerzo logro mucho..., pero es más meritorio cuando pongo todo mi empeño, así logre poco.

No me examines procurando rajarme, ni te ufanes de haberlo logrado. Mis notas deben reflejar mi desempeño y no lo harán si las utilizas para desquitarte.

Anota lo que hago bien y no sólo lo que está mal. Cuando subrayas mis éxitos y no mis fracasos, me siento motivado a seguir mejorando. 


Confía en mí y demuéstrame tu confianza. Cuando me repites la misma cosa una y otra vez, me doy cuenta de tu desconfianza y esto me precipita a fracasar.

Trátame con cariño, cortesía y respeto. En esta forma te admiraré y, por lo tanto, desarrollaré un profundo respeto por ti.

No me amenaces, pero si lo haces, cúmplelo. Si no cumples lo prometido, aprenderé que, haga lo que haga, siempre puedo salir eximido. 



Procura hacer clases amenas e interesantes, en las que yo pueda participar. Me aburro cuando todo es rutina, sólo tú hablas y yo nada puedo aportar.

Cuando te haga preguntas, no me digas "eso ya lo expliqué". A veces tus explicaciones no son claras o suficientes para mí: si pregunto es porque quiero entender y aprender.




Ayúdame a desarrollar mis cualidades y no simplemente mis capacidades. Ten en cuanta que... antes que un buen estudiante, debo ser un buen ser humano.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario